Los Cinco Puntos Del Calvinismo

1. Inhabilidad total o Depravación total:

Por causa de la caída, el hombre es incapaz por sí mismo de creer al Evangelio de una manera salvífica. El pecador esta muerto, ciego y mudo a las cosas de Dios, su corazón es engañoso y desesperadamente corrupto. Su voluntad no tiene libertad. está cautivo de su naturaleza caída. Por lo tanto no escogerá lo bueno en vez de lo malo en cuanto a lo espiritual. por que en verdad no puede escogerlo. Como consecuencia, se necesita más que la ayuda del Espíritu para llevar al pecador a Cristo. Se necesita la regeneración por la cual el Espíritu resucita al pecador muerto y le da una naturaleza nueva para que pueda creer. La fe no es la parte con la que el hombre contribuye a su salvación, sino que la fe en si es una parte del don de Dios en la salvación; es el don de Dios al pecador y no el don del pecador a Dios.

2. Elección incondicional:

La elección de ciertos individuos para ser salvos aún antes de la fundación del mundo descansa enteramente en la voluntad soberana de Dios. Su elección de ciertos pecadores no está basada en ninguna respuesta prevista u obediencia por parte de ellos, tal como fe, arrepentimiento a cada individuo que El escoge. Estos actos (la fe y el arrepentimiento) son el resultado, no la causa de la elección de Dios. Por la tanto, la lección no es determinada o condicionada por alguna virtuosa disposición prevista en el hombre. Aquellos que Dios soberanamente escoge, los trae a través del Espíritu a una aceptación voluntaria de Cristo. Entonces, la causa final de la salvación está en que Dios escoge para salvación al pecador, no que el pecador escoja a Cristo.

3. La redención particular o expiación limitada:

La obra redentora de Cristo tuvo el próposito de salvar sólo a los escogidos y asegurar la salvación de ellos. Su muerte fue en sustitución de la pena del pecado en lugar de ciertos pecadores específicos. Además de quitar los pecados de su pueblo, la redención de Cristo aseguró todo lo necesario para su salvación, incluyendo la fe que les une a El.
El don de la fe es concedido infaliblemente por el Espíritu Santo a todos aquellos por los cuales Cristo murió garantizando así su salvación.

4. El llamamiento eficaz del Espíritu Santo o la gracia irresistible:

Además del llamamiento externo general a la salvación que se hace a todos los que oyen el Evangelio, el Espíritu Santo extiende a todos los elegidos un llamamiento interno especial que inevitablemente les atrae a la salvación. El llamamiento externo (que se hace a todos sin distinción) puede ser y muchas veces es rechazado; mientras que el llamamiento interno (hecho solamente a los elegidos) siempre resulta en la conversión. Por medio de este llamamiento especial el Espíritu Santo atrae irresistiblemente a los pecadores a Cristo. En su obra de aplicar la salvación. no está limitado por la voluntad del hombre, ni depende de la cooperación del hombre para tener éxito. Por el poder de la gracia, el Espíritu Santo impulsa al pecador elegido a cooperar, creer, a arrepentirse, a venir libremente y de su propia voluntad (librada por el poder de Dios) a Cristo. Entonces, la gracia resulta en la salvación de aquellos a quienes es extendida.

5. La perseverancia de los santos (creyentes):

Todos los que fueron escogidos por Dios, redimidos por Cristo y recibieron la fe por medio del Espíritu Santo son eternamente salvos. Permanecen en la fe por el poder omnipotente y por tanto, perseveran hasta el fin (perseveran porque son preservados por Dios).